Kiev, capital de Ucrania, es una ciudad acostumbrada a los desastres de la guerra. Desde la invasión Mongola en el siglo XIII, hasta la ocupación nazi en la II Guerra Mundial y la posterior recuperación Rusa, anexionando sus territorios a la antigua U.R.S.S , han forjado a sus ciudadanos a lo largo de muchas generaciones a luchar por lo que consideran la defensa de su protagonismo nacional e independiente.
El año 2014, será otro año que marcara un antes y un después en Ucrania, pero el que ha paseado por sus calles, fuera de la plaza de la Independencia, ha visto una ciudad abierta, unas gentes que siguen en su quehacer diario, que no llevan casos ni bates de beisbol, que pasean abrigados del fuerte frio, que llevan sus hijos al colegio y que utilizan los medios de transporte como si no rugieran los disturbios en el corazón de la Ciudad.
Este reportaje intenta reflejar esa transición de la vida en Kiev desde su total normalidad hasta las mismas barricadas.