pasear por Transnistria supone retroceder 40 años; palpar de nuevo el espíritu de la URSS; caminar por este estado no reconocido, por esta ex república soviética en terreno moldavo, se lleva a cabo habitualmente durante las 10 horas permitidas sin hospedaje acreditado. Transnistria es un país en tránsito. Un lugar de avenidas como aeropuertos, bustos de Lenin y una belleza femenina paralizante.
Para llegar a esas conclusiones, por muy lugares comunes que sean, hay que pisarlo. Y no es tan sencillo. No hay aerolíneas de bajo coste ni trompetas que anuncien tu aterrizaje. Sólo se entra por tierra desde los países limítrofes, que lo bordean pero no lo reconocen: Moldavia y Ucrania.